El temor a hablar, cantar o actuar en público se puede superar con la práctica y utilizando herramientas que ayudarán a reforzar tu seguridad y autoestima.
Permíteme contarte mi historia:
La primera vez que me subí a un escenario con público enfrente, tendría 11 o 12 años. Era la actuación en el colegio y esa noche, al abrirse el telón, sentí que mis piernas se debilitaron. Recuerdo también que mi corazón latía rápidamente y sudaba sin control.
De pronto sucedió algo peor: olvidé todos los diálogos y el orden de las líneas que debía decir.
Mi papel era más como un niño bromista y recuerdo que algo salió dentro de mí que me impulsó a tomar control del momento. Aún era un niño pero comprendí que debía hacer algo urgente, traté de recordar lo más que pude de mis diálogos y comencé a improvisar, no recuerdo bien qué dije o hice, pero sí recuerdo las carcajadas del público.
Para hacer corta la historia, esa noche fue un éxito para mí. No sé ni cómo pero gané el premio de «mejor actuación» gracias a los aplausos generales.
Ese día comprendí que no iba a ser fácil hablar o cantar en publico. Pero mis sueños eran demasiado grandes para este miedo.
Más adelante, a los 16 años, cuando canté por primera vez frente a un público lo hice de espaldas, con el pretexto que mi guitarra no se escuchaba, además, temblaba de miedo.
Unos años después ya había superado el temor ¿Cómo lo hice? Será un gusto compartirte mi experiencia pero hablemos antes del por qué nos sucede este «bloqueo»:

¿Por qué nos da pánico escénico?
Si has dejado de hacer algo que siempre has soñado, como cantar bien, por el miedo en escenarios, es momento de revisar cuál puede ser la razón. Para tu tranquilidad, primero hay que saber que es una condición bastante común y puede tener origen en varios aspectos como:
Malas experiencias pasadas
Muchas veces los traumas de nuestra niñez pueden acompañarnos toda la vida. Por esta razón yo recomiendo, a todos, buscar en algún momento de sus vidas ayuda psicológica profesional. Este mito que los psicólogos son sólo para los que están «mal» hay que erradicarlo.
Muchas veces conservamos traumas que -sin querer- nos ocasionaron las personas que más amamos. Siempre he pensado que ser padre es una gran responsabilidad y seguramente nuestros padres siempre hicieron lo mejor pero quizás en alguna ocasión te hicieron sentir «mal» por haber hecho algún escándalo en público, cosa que es natural en cualquier niño o niña.
Inclusive, cuando somos niños no nos percatamos el daño que nos puede ocasionar la burla y el «bulling» de los otros niños del colegio.
Con tan sólo una risa o un gesto mientras estamos presentando algo frente a toda la clase podría ser motivo para que pensemos que somos malos para hablar en público, no digamos cuando te tiembla la mano mientras sostienes un papel evidenciando tu pánico (eso me pasaba a mí).
Haber sido Sobreprotegido
Increíblemente los padres que quieren evitar que sus hijos pasen por malas experiencias y los sobre protegen no se imaginan que están educando adultos incapaces de enfrentarse a un mundo real.
Es probable entonces que las personas que crecieron sobre protegidas, no se sienta cómodas en las situaciones sociales y terminen desarrollando el miedo a hablar en público.
La realidad no culpo a los padres así. Es natural que queramos proteger a los peques y más cuando venimos de hogares donde hizo falta atención. Ahora, es nuestra responsabilidad salir de este círculo y enfrentar al mundo porque tenemos las herramientas para hacerlo.
Ser Demasiado Tímido
No es lo mismo ser introvertido que tímido. El último tendrá dificultad extrema para desenvolverse en cualquier entorno social, mientras que ser introvertido es una característica, de muchos artistas por cierto, que les permite socializar cuando ellos quieran y pueden «recargar» baterías en la solitud sana.
La raíz de la timidez es el miedo. Este temor a lo desconocido (o desconocidos) viene escoltado de una baja autoestima que a su vez provoca mucha ansiedad y al final depresión.
Hey, pero todos tenemos problemas de autoestima, quien asegure que no, estará escondiendo ese
Debemos asimilar y trabajar nuestra auto-aceptación. Ser conscientes que no eres peor, igual o mejor que nadie te dará un super poder. Cuando vamos creciendo notamos que nos importa menos lo que opinen de nosotros; pero mientras nos comparemos con esos super cuerpos y rostros hermosos que vemos en TikTok o Instagram, o nos comparemos con esas super voces como las de nuestras estrellas favoritas, nunca valoraremos quiénes somos en realidad: Personas únicas e irrepetibles que tienen algo diferente que ofrecerle al mundo.
Falta de Práctica
Ok, cuando estamos empezando es evidente que nos hacen falta «tablas» pero hay una solución: podemos ensayar muchas veces solos en nuestras habitaciones. Sigue leyendo, te mostraré cómo.
Miedo al qué dirán y perfeccionismo extremo
Cuando colocamos en un pedestal la opinión de los demás nos estamos hundiendo poco a poco. Es muy importante complacer a tu público, otorgarles una excelente experiencia, pero habrán siempre personas que reflejarán sus propias frustraciones en ti.
Muchos «trolls» y «bullies» en internet lo demuestran: nunca nada es suficiente para ellos. La verdad, no importan, jamás lo han hecho.
No les des el poder que te piden: no permitas que sus opiniones marquen tu día o tu vida entera. Solo tú puedes darles o quitarles el permiso de ofenderte.
Ahora ¿Qué sucede cuando tu peor crítico eres tú mismo?
Suceden dos cosas: te esfuerzas enormemente en mejorar hasta el límite y luego te frustras por no llegar aún a más.
Veamos el caso de Michael Jackson, murió sin estar satisfecho con sí mismo, pero nos regaló a un precio muy alto el mas grande estándar de performance artístico que jamás haya existido; en baile, canto, composición y performance en general.
Mi recomendación es el balance. Cuando estamos en equilibrio con nuestro YO y nuestros sueños, respetándonos y honrando nuestra experiencia en esta tierra, podemos ser felices mientras vamos avanzando a nuestro estándar de excelencia.

¿Como Vencer el Miedo Escénico?
Existen muchos métodos para vencer este temor, el mejor será el que practiques más. En mi experiencia, dado a que mis sueños de escenario eran mayores que ese miedo, investigué mucho y encontré en mi camino personas increíbles que me fueron dando tips que aún utilizo. Te los comparto aquí:
El Poder de la Visualización
Esta es una práctica virtual que muchos expertos la aplican. Lo aprendí de un gran psicólogo llamado Lou Tice, fundador del Pacific Institute, con el cual trabajé hace algunos años. Él me explicó:
Al Visualizar un escenario, cierra tus ojos e imagina con la mente una escena virtual donde estarás cantando, hablando o actuando frente a una gran multitud.
Imagínate haciéndolo perfectamente, con una voz potente y un performance impecable, digno de muchos aplausos.
Lo importante es que lo hagas con emoción. Para ello respira hondo e imagina tu cuerpo desde varios ángulos, observa con detalle lo bien que cantas o actúas. Disfruta ver lo fácil que es estar frente un gran público encantado del gran poder que emanas.
El subconsciente no reconoce la diferencia entre esta visualización y una actuación real. Por esta razón, debemos hacerlo la mayor cantidad de veces posible. Puedes utilizar un espejo también para ensayar y así revisar tus posturas más difíciles. Además puedes ir grabando tu voz para corregir cualquier detalle que sientas que merece más atención.
La práctica te hará un experto o experta, no esperes a tener un gran escenario para empezar. Hazlo hoy aquí en tu habitación.
Utiliza una ayuda
Cuando ensayes y visualices correctamente, notarás que inclusive ahí tu cuerpo responderá a los nervios. Pero cuando algo te salga muy bien, disfruta ese momento.
Mientras encuentras un punto donde te sientas cómodo y muy bien con tu performance, pellizca tu dedo pulgar con la uña del dedo índice, hazlo suavemente y trata de «grabar» ese buen momento.
Cuando estes en problemas en un escenario vuelve a recrear esa emoción con ese mismo pellizco. Tu mente hará una conexión con ese buen recuerdo y te dará bienestar para que puedas seguir recreando esa excelencia que buscas.
Detente un momento y obsérvate
Si estas en medio de una presentación y notas que los nervios te están traicionando haz una pausa. Podrás detenerte unos breves segundos, toma aire y toma conciencia de ti. Está bien sentir esos nervios, estas vivo y está bien estar nervioso.
Esto no es el fin del mundo. Esto es parte de ser humano. Todos, aunque ya tengamos años dedicándonos a los escenarios tendremos nervios, es normal.
Empieza con un gesto amable, sonríe al público, y emite tu primer sonido o palabra, confía en tu subconsciente, hará el resto sin pensarlo mucho.
Sobre pensar las cosas puede ser contraproducente, la mente es muy grande y tu espíritu necesita libertad para expresarse, haz tu parte pero deja que tu talento salga. Obsérvate y disfruta el momento, aunque al principio se sienta un poco de temor y dolor, todo saldrá bien.
Sé suave contigo
Cuando recuerdes los momentos donde no salieron tan bien las cosas dite a ti mismo: «la próxima vez lo haré mejor».
Somos humanos y merecemos nuestro propio apoyo. Sé tu primer fan y tu más grande soporte emocional. Todo lo que necesitas lo tienes dentro, eres una central de luz y de talento, las personas quieren escucharte, les encanta lo que dices y cómo cantas, se emocionan con tu performance.
Cuando te sientas triste revisa en tu memoria los momentos que te hicieron sentirte orgulloso de tí mismo. Agradece ese momento y sonríe, siente felicidad y agradecimiento por lo que eres y haz logrado.
Ponle nombre y hazlo pequeño
Si tu temor persiste, ponle nombre. Bautízalo con un nombre que te guste, en mi caso le puse el nombre «kushkun» es algo personal, pero cualquier cosa que te esté interrumpiendo tu gran performance visualízalo como «algo».
Luego en tu mente, hazlo pequeño. Visualiza cómo se hace chiquito e inofensivo.
Esta herramienta será una ayuda extra, seguramente con la práctica se hará mejor.
Utiliza una postura cómoda y actúa con naturalidad, relaja tu cuerpo, toma control del momento.
Conclusiones
El Miedo escénico es normal y te acompañará, pero lo convertirás pronto en una herramienta que dará esa «emoción extra» que necesitas para hacerlo cada vez mejor.
Poco a poco se hará más pequeño, practica pero ten fe en tí mismo. Confía en todo el talento que se te dio y haz conciencia que tus sueños nacieron en tí para cumplirse, no temas: recuerda que todo pasa y nada pasa.